Desde nuevas tecnologías, clases por whatsapp, llamadas telefónicas, hasta cuenta cuentos con disfraces, son algunas de las estrategias que docentes y equipos de sala han realizado para mantener a sus alumnos motivados con el aprendizaje. Vocación docente que este 16 de octubre destacamos especialmente en Chile por ser el día del profesor y profesora.
Ser profesor en el mundo hoy en día es una tarea difícil. Al igual que sus alumnos, varios han debido adaptarse a las nuevas tecnologías para aplicar esta desconocida “educación online” que poco a poco estamos reconociendo como sociedad. Sin embargo, este 16 de octubre, a pesar de las complejidades de este año, celebran su día.
La Fundación Sara Raier de Rassmuss, fundada por Juan Enrique Rassmuss el año 2012, trabaja con el programa de lectoescritura Alfadeca, con el propósito de lograr que todos los niños y niñas lean y escriban al finalizar el Primer Básico. Este programa estudiantil, utiliza una metodología basada en evidencia científica de cómo el cerebro aprende y apoya directamente a docentes y directivos para desarrollar sus capacidades y mejorar sus prácticas educativas en lectoescritura.
Alfadeca, trabaja con elementos visuales y auditivos, para que los niños y niñas aprendan las letras del abecedario y los sonidos de las palabras. Pero ¿cómo es enseñar este programa, que forma parte fundamental del ciclo lectivo de estas 28 escuelas, a través de herramientas digitales?
El desafío de educar online, ha sido transversal para todos. Unos con más otros con menos recursos, pero todos bajo un mismo objetivo; dar continuidad a la educación de sus alumnos.
“Vamos, hay que hacerlo”
Francisco Montecinos, profesor de Educación Básica de la Escuela Paulo Freire de Cerro Navia, comenta al respecto: “Desde un principio lo tomé como una oportunidad nueva de aprendizaje, tanto para los estudiantes como para mí. Quise dar el enfoque a las tecnologías propias de la actualidad. Si nos ponemos a pensar, actualmente tenemos estudiantes muy visuales y activos frente a pantallas, pasan más horas en teléfonos móviles que leyendo un libro de papel. A raíz de eso dije “vamos, hay que hacerlo”. Quizás esto es el inicio de un gran recurso de aprendizaje, pero en líneas generales, es un desafío que, pese a no ser sencillo, vale la pena aplicarlo en las salas de clases, como una nueva forma de enseñar”.
El profesor, asegura que, a pesar de los obstáculos que puedan presentar sus alumnos por encontrarse en hogares vulnerables, han tomado este desafío de manera muy positiva, aprendiendo a familiarizarse con esta nueva metodología de trabajo, lo que le ha traído resultados muy positivos.
Elizabeth Arratia, es asistente de aula de la Escuela María Luisa Bombal, también de Cerro Navia, y cuenta que lo primero que hizo para hacer efectivo Alfadeca fue llevarse todos los materiales de apoyo del programa de la escuela a su casa (letras movibles, pizarra individual, pasos de lectura, etc.) porque los considera fundamentales para poder trabajar con sus alumnos. “La reacción de los niños -de Primero Básico- fue muy inesperada, todo lo que estaba ocurriendo no lo entendían muy bien, ellos querían ir a la escuela, jugar con sus compañeros, compartir, estar con la profesora Dafne y la tía Eli”, haciendo hincapié a que los niños necesitan validarse socialmente frente a sus compañeros de clase, profesores y padres, por lo que esta situación de encierro y cuarentenas prolongadas no resultan ser el escenario más adecuado en lo académico, apelando, además, a la importancia del factor emocional.
Este año, también ha significado un gran desafío para la Educadora Diferencial Camila Paredes y sus compañeras de la Escuela Rural Quelhue- en la comuna de Pucón – quienes demuestran que, con esfuerzo y dedicación, han mantenido el vínculo con sus estudiantes, recurriendo, además, a las llamadas telefónicas.
“Ha sido increíble para las cuatro personas que componemos el equipo de aula trabajar con Alfadeca, el cual nos ha ayudado en dos grandes líneas que es, el trabajo con los estudiantes por la metodología que nos entrega y, por otro lado, la contención profesional y apoyo que nos han proporcionado como equipo. La mentora de la Fundación nos muestra cosas positivas de nuestra labor que incorporamos en esta pandemia y que muchas veces logramos visualizar, eso es motivante y nos ayuda mucho como docentes y profesionales de la educación”, menciona Camila quien junto al equipo de aula cada 15 días se reúnen en la escuela rural para preparar el material de sus 34 alumnos, que luego reparten casa por casa. Es así como cada visita, se transforma en un tesoro que renueva la energía de este equipo y de sus estudiantes.
COMENZÓ A DISFRAZARSE
Ingerborg Fuentes, profesora de la escuela Manuel Guerrero Ceballos, ubicada en la comuna de Cerro Navia, ha encontrado un método muy entretenido para llamar la atención de sus alumnos; disfrazarse. “Me motivé a hacer un cuentacuentos de ésta manera, porque entendí, primeramente, que mis estudiantes no habían tenido la oportunidad de distraerse y ver cosas bonitas, algo que no se tratara del coronavirus. También –usé los disfraces- como una estrategia para recuperar a aquellos que no estaban participando de las clases asincrónicas. Ha sido increíble saber que se emocionan y esperan en familia cada viernes para ver el personaje y poder participar en línea”. Fiona, Tristeza de Intensamente, Coco, Mohana y la Nana Mágica, son algunos de los personajes que la han acompañado en sus clases en línea.
Cuenta que, para sus alumnos, el mayor desafío ha sido afianzar la escritura, ya que es muy complejo darle continuidad y evaluar el proceso a distancia, “no así la lectura, porque con la tutora de Alfadeca planificamos la evaluación de la lectura de forma mensual y podemos evidenciar el nivel y avances significativos que han tenido mis estudiantes en su gran mayoría. Pero debemos buscar una metodología que nos permita monitorear la escritura y que no sea un proceso tedioso para ambas partes”.
La educadora, sumando y restando, cree que, pese a lo adverso y complejo de este año, los docentes han sido capaces de adecuarse a esta nueva modalidad, logrando mantener el contacto con un alto porcentaje de sus estudiantes, para que avancen significativamente, poniendo al servicio del aprendizaje de los niños y niñas todo lo que está a su alcance y más, lograr que ellos aprendan.